Hoy queremos rendirles un sentido homenaje a esos hombres y mujeres que han dedicado su vida a la formación de los niños, niñas y jóvenes del suroriente de Boyacá, a ellos que han recorrido kilómetros, cruzado trochas y sacrificado tiempo con sus familias con un propósito especial: enseñar.
Sin duda, innumerables docentes han pasado por las instituciones educativas de los 25 municipios de esta región que tiene una infinidad de cosas por mostrar, y esta vez, dedicamos este importante día a quienes se han esforzado constantemente por generar una cultura ambiental en los pequeños formadores de territorio, alrededor del cuidado de los ecosistemas y los recursos naturales.
En el Día del Maestro, escogimos perfiles de docentes que durante años han construido en las generaciones, un sentido de pertenencia por el agua, la fauna, la flora y el suelo, en donde habitan todos los días:
Claudia Espitia – Institución Educativa Técnica Nuestra Señora de Nazareth sede rural Zanja Abajo
Con más de 20 años de experiencia, esta hija de docentes oriunda del municipio de Iza, Boyacá, creció con la vocación de enseñar. Es una apasionada por guiar a los niños, niñas y jóvenes de su Institución Educativa Técnica Nuestra Señora de Nazareth sede rural Zanja Abajo, por un mejor camino para formar personas de bien.
La “profe Claudia” es Licenciada en Educación Básica de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia- UPTC, y especialista en informática y multimedia de la Fundación Universitaria Los Libertadores. Su amor por el campo y los niños la ha llevado a desarrollar proyectos en torno a la generación de valores ambientales en los menores que recorren las aulas de la institución ubicada en el municipio de Chinavita.
Construyó una huerta escolar para que los niños aprendieran no solo en el salón de clases, y llevó a cabo varias iniciativas alrededor de la huerta como la siembra de semillas ancestrales, para rescatar los valores de los antepasados y el estudio de las especies vegetales. Con los productos recogidos de la huerta crea platos típicos para generar sentido de pertenencia por la tierra como las “divertiarepas” o los “envueltos felices”.
Esta iniciativa la llevó a ser seleccionada entre 1.170 propuestas presentadas para ser finalista en el Premio Compartir al Maestro, allí ocupó el tercer puesto a nivel nacional entre los 11 proyectos finales. Ahora espera recibir el premio en la ceremonia que se llevará a cabo el próximo 10 de junio.
“Me encanta ver que los estudiantes transmiten lo que aprenden, me siento orgullosa de eso cada vez que veo ese amor por los animales y los recursos naturales”, afirmó la docente.
Zoraida Martín Cuesta – Institución Educativa La Candelaria, Sede La Palma
Esta mujer ha dedicado su vida a la enseñanza de pequeños jóvenes que se han convertido en multiplicadores de buenas prácticas en pro del medio ambiente en el suroriente del departamento. Cuenta con cerca de 15 años de experiencia docente y día a día busca dejar una huella en los niños del municipio de La Capilla, con quien comparte gran parte de su tiempo.
Zoraida es Licenciada en Educación Básica Primaria, cuenta con una especialización en Administración de la Informática Educativa y una maestría en Gestión de la Tecnología Educativa. Gracias a su constante espíritu de innovación y al ver la necesidad de reciclar los residuos de la Institución Educativa La Candelaria, sede La Palma, desarrolló el proyecto Juegos Ecológicos con el club Corpochivatos¸ con el que elaboró ladrillos ecológicos a partir de botellas de gaseosas y empaques de fritos, para conformar un ajedrez gigante con el que los niños se educan ambientalmente, se divierten y toman el conocimiento para aplicarlo en sus vidas.
Esta primera iniciativa tomó gran acogida por los estudiantes y padres de familia, lo que la llevó a crear un parqués y bolos ecológicos, con los que enseña a través de la transversalidad. Las aulas no son su único espacio, estos juegos y el aire libre ayudan a enseñar a través de la práctica, y el campo genera mayores oportunidades de aprender haciendo.
Por su proyecto de juegos ecológicos fue seleccionada para participar en el VI Encuentro Internacional de Docentes, desarrollado por el Instituto Nacional de Formación y Capacitación del Magisterio Red Innovación e Intercambio de Experiencias Pedagógicas, en Santo Domingo, República Dominicana. Su ponencia frente a docentes de tres países de América Latina fue destacada y tomada como ejemplo de enseñanza lúdico-pedagógica en México y el país anfitrión.
“Mi mayor anhelo es seguir trabajando con los niños, salir del aula a la práctica para que tengan una visión distinta de las cosas, los maestros podemos contribuir en gran parte en la educación de nuestros jóvenes”, afirmó la maestra.
Blanca Cecilia Burgos Fonseca – Institución Educativa Andrés Romero Arévalo
“Cuando tenía seis años organizaba las tusas de maíz, me las imaginaba como estudiantes y les enseñaba todo lo que había aprendido en la escuela”: así la profesora Blanca Burgos cuenta cómo nació ese amor por educar y esas ganas de formar en valores a todos los actores de las comunidades en las que ha estado ejerciendo como docente.
Esta Licenciada en Química y Biología de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia- UPTC, empezó su carrera hace 20 años, lleva nueve trabajando en la Institución Educativa Andrés Romero Arévalo del municipio de Tibaná y se siente orgullosa por todas las generaciones que ha formado en torno a la cultura ambiental sostenible, tanto en Boyacá como en los diferentes rincones del país.
La profesora Blanca ha participado en todas las versiones de los concursos que ha realizado la corporación, ganó un parque infantil elaborado con madera plástica por desarrollar la mejor estrategia del Proyecto Ambiental Escolar de su municipio en el año 2016. Es una mujer comprometida con el uso adecuado de los residuos sólidos, las semillas de los alimentos que consumen los jóvenes durante su comida son utilizadas para realizar viveros construidos con bolsas plásticas del restaurante escolar. Desarrolla su labor pedagógica con estudios taxonómicos de plantas aromáticas y medicinales, que siembra con sus estudiantes en materas reciclables elaboradas con canecas de pintura y botellas plásticas. Algunas las obsequia a los padres de familia y hace un respectivo seguimiento al cuidado del material vegetal.
“Es importante ser docente porque es la mejor manera de llegar a la comunidad a través de los estudiantes porque podemos ayudar a mostrar los conocimientos. No solo les enseño la parte teórica, sino el sentido de las cosas que sensibiliza a las generaciones sobre la conservación de los recursos naturales”, afirma la educadora.
Luz Dayene Suárez Arenas – Institución Educativa Sochaquira Abajo
Los guayatunos pueden sentirse afortunados de contar con una persona tan dedicada a su oficio como la profesora Luz Dayene. Cuando era una niña despertó una gran pasión por las ciencias naturales y los animales. Se graduó como licenciada en Biología en la Universidad Pedagógica Nacional, y desde ese momento no ha descansado un solo día por enseñar a las nuevas generaciones la importancia de cuidar los ecosistemas en sus vidas.
Desde que llegó al municipio de Guayatá, en el 2015, ha aunado esfuerzos con los jóvenes, padres de familia y la comunidad para contribuir al ambiente a través del uso adecuado de los residuos en la zona. Cuando entregamos el Centro de Investigación e Innovación Sostenible en la Institución Educativa Sochaquira Abajo, la profesora se ha empeñado en generar conocimiento en los estudiantes frente a los beneficios de implementar proyectos de aprovechamiento de residuos a través de la transformación de los mismos. En el centro de investigación, los jóvenes transforman los residuos producidos en el restaurante escolar y generan abono para las plantas ornamentales de la institución.
De igual manera, es la coordinadora de “En Sintonía con el Medio Ambiente”, un espacio radial con el que cuenta en el municipio y con el que a través de sus estudiantes, hablan de diferentes iniciativas que puede desarrollar la comunidad en pro de un objetivo: la preservación de los ecosistemas.
«Para mí ha sido muy grata la experiencia de interactuar con los jóvenes y aportar a la construcción de sus proyectos de vida. La vida es una escuela en donde se aprende dentro o fuera del aula, entendiendo los diferentes pensamientos», resaltó la docente.
Para el director general de Corpochivor, Fabio Antonio Guerrero Amaya: “es una satisfacción ver cómo estos docentes comprometen a sus estudiantes a preservar los ecosistemas de nuestra región. Nos sentimos realmente afortunados de acompañar a las instituciones educativas a través de los Proyectos Ambientales Escolares y ver que ellos también forman un territorio agroambiental”.
Ayudar a conservar las tradiciones e implementar un sentido de pertenencia y una cultura ambiental en nuestro territorio ha sido un compromiso de décadas, en los que formamos jóvenes líderes en la preservación de los recursos naturales de la región.