Este es un homenaje que queremos rendir a los que madrugan todos los días para trabajar la tierra y ser parte fundamental del país, a quienes dedican su tiempo a la agricultura, las artesanías y las actividades que contribuyen a la formación de un territorio ambientalmente sostenible. A los campesinos queremos decirles: ¡muchas gracias!
En el Día Nacional del Campesino, seleccionamos perfiles de algunos de los más destacados trabajadores de los 25 municipios que componen nuestra jurisdicción y que se esmeran con cada labor por el cuidado de los recursos naturales de la región:
María Concepción Martínez – Úmbita
Empezó a sembrar uvas a los siete años y desde allí no ha dejado de trabajar la tierra. Es la sexta de 10 hermanos y siempre ha sabido cultivar sus productos y entender la importancia de esta labor para el país.
Esta mujer, oriunda del municipio de Úmbita, provincia de Márquez, lleva 27 años de casada, tiene tres hijos y a cada uno le ha transmitido las labores de sus ancestros pero con un componente especial: el cultivo responsable, el manejo adecuado de los residuos y la producción limpia. Con esto, busca que desde el mayor hasta el menor de su familia cuiden su territorio como un verdadero compromiso de vida.
Adicional a esta labor que ejerce día a día con su familia, desde hace 18 años trabaja con artesanías realizadas a partir de productos renovables. En 2016 se unió a las capacitaciones que brinda Corpochivor para la elaboración de productos elaborados con la técnica de rollo fino, rescatando también los saberes ancestrales del suroriente de Boyacá.
Actualmente, María Concepción hace parte de la Asociación Asprovita del municipio de Pachavita, y produce bolsos elaborados en rollo fino de fique para comercializadoras de Bogotá, actividades con las que ha sacado adelante a sus hijos y sueña con que puedan estudiar una carrera y regresar al campo para enseñar lo aprendido a las generaciones futuras.
“Lo más bonito de ser campesino es respirar el aire de las mañanas, que nuestros hijos crecen sanos y aprendan las tradiciones del campo que nos enseñaron los abuelos”, destacó esta madre de familia.
Darío Sánchez – Campohermoso
El amor por el campo en la región se transmite de generación en generación, es ahí donde podemos encontrar la explicación de por qué, con tan solo 21 años, Darío Sánchez ya es presidente de la Asociación de Productores Agropecuarios de Campohermoso.
Siendo el segundo de cuatro hermanos, comenzó a desarrollar su amor por las prácticas agrícolas cuando acompañaba a su hermano a trabajar después de clases. Apenas terminó su bachillerato, puso todo su empeño en lo que ha sido hasta el sol de hoy el ‘cultivo de sus amores’: el café.
“Trabajar la tierra es la pasión que mi padre me dejó, cultivar el café y que sea en mi propia finca es algo muy bello y sé que con el esfuerzo correcto me ayudará a mejorar la calidad de vida de mi familia”, afirma.
Después de casi cuatro años de estar cultivando café, Darío decidió crear su propia marca de café denominada “100% Campohermosano de Corazón”. “El café que producimos en el suroriente de Boyacá es especial, es suave y dulce, espumoso como ningún otro”, destacó.
Es tanto su amor por estos cultivos, que a través de Corpochivor y otras entidades, ha logrado gestionar cursos en barismo y emprendimiento para él y la asociación que preside. Actualmente cuenta con más de 3.000 plantas de café que al año producen cerca de 500 kilos, los cuales espera, en un futuro no muy lejano comenzar a exportar a Alemania.
“Mi sueño es tener mi propia tienda, donde yo pueda vender mi café. La idea de que lo voy a exportar a Alemania me emociona mucho y sé que con la ayuda de mi familia, de Dios y de Corpochivor lo voy a lograr”.
Henry Perilla – San Luis de Gaceno
Henry Perilla, campesino ‘a mucho honor’, tercero de cuatro hermanos y trabajador desde niño. Recibió la enseñanza de cultivar la tierra de mano de sus padres, con quienes aprendió la importancia del campo y los recursos naturales para la vida.
Al igual que muchos colombianos, don Henry se vio afectado por el conflicto armado interno, luego de culminar su bachillerato tuvo que abandonar el lugar donde creció para evitar ser reclutado por alguno de dos los grupos ilegales que rondaban la zona.
“Yo tuve que irme al Casanare para evitar malas experiencias, después de un año volví. A pesar de que eso aún estaba muy peligroso, pero usted sabe la responsabilidad de ver por mi familia me hizo volver a pesar del riesgo”, afirmó.
En el 2009 se decidió a comenzar una cadena de producción mixta, en donde desarrolló un cultivo del cacao orgánico y de ganadería. Es así como empezó a impulsar una asociación de productores de la que hoy es presidente: Asproagro San Luis de Gaceno, que actualmente cuenta con más de 120 familias vinculadas.
“Yo encontré en el campo y especialmente en el cacao una ruta de vida para salir adelante y porque no decirlo también, para cultivar mi pensión y el futuro de mi familia. No ha sido fácil pero en el camino encontramos grandes colaboradores y pues no hay que negarlo, Corpochivor ha sido nuestro mejor aliado”.
Convencido de que las prácticas orgánicas generan mejores resultados en sus cultivos, Henry Perilla le seguirá apostando por el desarrollo de la herencia de sus padres, soñando en tener su propia empresa.
“Es un proceso bastante largo pero ganas no nos faltan. Yo creo en el cacao y el cultivo de la tierra y confió en que en un futuro vamos a desarrollar microempresa sostenible agropecuaria, amigable con el medio ambiente”, concluyó.
“No tenemos ninguna duda que los campesinos son la columna vertebral del país. Hoy es un día para celebrar porque ellos nos han ayudado a construir lo que hoy somos, sin ellos no hubiera sido posible crecer como región y todos los boyacenses debemos sentirnos orgullosos de ello”, resaltó el director general Fabio Antonio Guerrero Amaya.
Es un verdadero privilegio contar con personas tan importantes para el desarrollo de los municipios y el crecimiento de la región. Seguiremos trabajando por los campesinos del suroriente de Boyacá para seguir formando territorio agroambiental.